Siempre Tuyo de Daniel Glattauer.

¡Hola a todos! Aquí os dejo mi impresión sobre la última novela de Daniel Glattauer, el proclamado escritor de Contra el Viento del Norte y Cada Siete Olas; novelas que nos cautivaron. ¿Quién no leyó los continuos emails entre Emmi y Leo? Con estos libros y este autor descubrimos una nueva forma de escribir y de leer. Quien iba a decir que leer emails iba a ser tan entretenido. Así pues, al igual que sus anteriores novelas, Siempre Tuyo no te dejará indiferente. Hacía mucho tiempo que no leía a tan altas horas de la madrugada. Y yo que pensaba que había dejado atrás eso de pasar la noche entera leyendo. Gran regalo del día del libro que me hice.

                                                                                      

                           ¿De qué va?                        

Judith es una mujer de treinta tantos años independiente, propietaria de una tienda de lámparas, segura de sí misma y totalmente equilibrada. Un día, en el supermercado, tropieza con Hannes un arquitecto de mas de cuarenta años que inmediatemente queda prendado de ella.

Tras varios intentos por parte de Hannes, Judith accede a tener una cita con él.

Su mente esta parcialmente nublada por todos los cumplidos y halagos que Hannes le predica. Prácticamente Hannes bebe los vientos por ella. Eso hace que su autoestima suba como un globo lleno de helio. Pero en el fondo hay algo que la hecha para atrás. Algo que no le acaba de gustar de él.

Aunque Judith tenga dudas acerca de lo que siente por Hannes sus amigos y familiares lo tienen muy claro: ¡LO ADORAN!  Su madre, su padre, su hermano, sus amigos, sus amigas,... todos sienten devoción por él y es que Hannes sabe muy bien ganarse a la gente. Es simpático y atento. Abierto y comprensivo. Pero Judith sigue sin ver muy claro todo aquello.

Tras unos cuantos meses de relación llenos de momentos románticos, cenas con velas, flores, y un viaje de ensueño a Venecia, Judith comienza a sentirse asfixiada y comprende que no ama a Hannes. Decide poner fin a la relación, pero Hannes no esta muy por la labor de renunciar tan facilmente al amor de su vida.

Hannes intenta por todos los medios acercase a ella, mediante su familia, sus amigos y a través de todas las tretas que se le ocurren, lo cual, deja a Judith totalmente aterrada.
Entonces llega la gran pregunta. ¿Esta exagerando o debe asustarse de verdad?

                                                   ¿Qué me ha parecido?                                         

Me ha gustado bastante. La he devorado en pocos días, y es que, aunque es cortita, la lectura se hace muy ligera y entretenida. Tiene un ritmo tan rápido que no puedes parar de leer.

Daniel Glattauer tiene la habilidad de hacer que sus novelas sean leídas en poco tiempo. No se anda por las ramas y eso es de agradecer pues a veces necesitamos cosas así. Solo leer, leer y leer.

Lo mejor del libro, sin ninguna duda, han sigo las magnificas divagaciones de la protagonista. Esos diálogos internos han sido estupendos.
La única pega que le puedo poner es que el final ha sido ya demasiado rápido. Me hubiera gustado que el escritor se hubiera tomado un poco más de tiempo con el final, se hubiera tomado un café y escrito al menos 500 palabras más sobre esa reunión. Básicamente me quede pasmada pasando las hojas esperando encontrar otro capitulo. No todo puede ser perfecto.

Por lo demás una novela estupenda.

Daniel Glattauer lo ha vuelto a conseguir. Innovando y jugando con los límites de la novela romántica.

                                                      Diálogos, citas, frases.                                          

"Por la noche, Judith pensó fugazmente en él un par de veces. No, fugazmente no, pero pensó en él. ¿Cómo era que había dicho? -A usted no debería sorprenderle-. ¿O incluso había dicho -La verdad es que a usted no debería sorprenderle-? ¿Y no había subrayado el USTED? Sí que lo había subrayado. Había dicho: -La verdad es que a USTED no debería sorprenderle-; USTED, en el sentido de -A una mujer como USTED-. No deja de ser bonito, pensó Judith. Es más, tal vez había querido decir: -La verdad es que a USTED a una mujer como usted, tan guapa, interesante- había querido decir -A una mujer tan hermosa, tan imponente, a una mujer que parece tan inteligente, tan lista, tan estupenda, pues a una mujer como USTED-, había querido decir -A una mujer así no debería sorprenderle-; que la haya reconocido. No deja de ser muy bonito, pensó Judith."

"Aquel hombre tenía una capacidad de amar excepcional, sobredimensionada, impresionante. Amaba, amaba y amaba y amaba. ¿Y a quien amaba? A ella. ¿Cuánto? Muchisimo. -Más que a nada-  Era solo una mínima fracción.
¡Cuidado Judith!"


"...Y no quiero seguir teniendo miedo. Estoy harta de tener miedo. Quiero dormir y soñar cosas bonitas. Y quiero despertarme y pensar en algo bonito..."